El rol del profesor en el aprendizaje de una lengua extranjera
The teacher´s role in a foreign language learning process
Haynet Rivera Flores
Universidad Tecnológica de Tlaxcala, México
tenyah10@hotmail.com
Resumen
Una característica fundamental de nuestras escuelas es que son instituciones totales, es decir, forman a los estudiantes en el aprendizaje cognoscitivo y el aprendizaje de valores y comportamientos. Al término de sus estudios, el alumno es por completo distinto; las raíces más profundas de su personalidad, sus actitudes básicas, adquieren una dirección especial tras su aprendizaje en el aula. Dicha experiencia escolar, suficientemente incisiva y prolongada, termina por formar parte de la vida de los jóvenes y convertirse en un punto de referencia para sus inquietudes, actitudes y futuro; para que la enseñanza cumpla sus objetivos es necesario que se conozcan los procesos de aprendizaje.
En la actualidad, el campo laboral demanda profesionistas con excelente formación académica, en otras palabras, los egresados de las diferentes carreras de la Universidad Tecnológica de Tlaxcala (UTT) deben contar con un amplio conocimiento de su área de trabajo. Una de las claves para ser competitivo en el campo laboral es el manejo de una lengua extranjera, la cual permite tener acceso a la ciencia y tecnología actuales.
Palabras clave: aprendizaje, alumno, procedimiento, lengua extranjera, profesor.
Abstract
A key feature of our schools is the fact that total institutions, that one that trains students with cognitive learning and learning values and behaviors, that controls somehow the entire life of the students who pass through them. The student will be a different human being out there compared to the time of entry. The deepest roots of his personality, his basic attitudes have taken a hint, a special direction by the fact of having experienced classroom life. The school experience is long enough to have its incisive and considered by its effects in the personality of the students. This character inexcusable experience enhances its importance as one plot over the life of the young, point of reference in their concerns, their attitudes and the future of learning; we can say that a proper education in its goals, means and procedure requires knowledge of the nature of the learning process.
Today, the workforce demand professionals with excellent academic background, that is to say, graduates of the different majors of the Universidad Tecnologica de Tlaxcala (UTT) must have extensive knowledge of their work area. One of the keys to being competitive in the workplace is handling a foreign language, which allows them access to science and technology is developing.
Keywords: learning, student, procedure, foreign language, teacher.
Fecha recepción: Noviembre 2014 Fecha aceptación: Marzo 2015
Introducción
El papel de la instrucción en el aprendizaje de una lengua extranjera ha suscitado un debate en las últimas décadas. Esta controversia se extiende aún más en la enseñanza de habilidades (oral, escrita, auditiva y comprensión de textos) en una lengua extranjera. En contextos artificiales, el aprendizaje se reduce a la instrucción formal, y poco se sabe sobre las ventajas relativas en términos de mejora inmediata o a largo plazo, sin embargo, parece evidente que el contexto del aula puede proporcionar oportunidades para la verdadera comunicación, siempre y cuando se tomen en cuenta las variables que intervienen de manera significativa en la lengua extranjera. Ambas posturas están relacionadas ya que plantean el hecho de la existencia de variables (interacción, organización de la clase, relaciones afectivas, etcétera) que influyen en la impartición de una lengua extranjera. La adquisición de esta dentro del aula podría ser favorable siempre y cuando se den las condiciones naturales. El discurso que tiene lugar en el aula no es invariablemente diferente al discurso natural que se da en condiciones normales durante el aprendizaje de la lengua materna, e igualmente puede proporcionar oportunidades para la verdadera comunicación.
Los profesores deberían crear condiciones ambientales en el aula similares a las que tienen lugar durante la adquisición de la lengua materna. La dificultad que implica esta cuestión, según nuestro punto de vista, explica por qué muchos profesores de lengua, no percibiendo ninguna mejora inmediata en sus alumnos, tienden a abandonar las actividades que desarrollan y a perder interés en su preparación.
Desde el punto de vista educativo, un profesor interactúa con los alumnos por medio de la palabra, la escritura y el lenguaje corporal; por ejemplo, para indicar cómo resolver un problema, el profesor suele dar explicaciones orales o escritas, o utilizar el material disponible o hacer algunos ademanes. Los alumnos también disponen de medios semejantes para interactuar con sus profesores. Sin embargo, el profesor por lo general controla el tipo y la cantidad de dichas interacciones. Por lo tanto, la interacción se refiere a la influencia recíproca, donde los individuos se influyen mutuamente y adaptan su comportamiento frente al de los demás.
Por otra parte, existe una tendencia a relacionar los comportamientos explícitamente determinados del profesor con los comportamientos y rendimientos correspondientes del alumno. Es decir, no solo las características de cada profesor, sino las de la misma situación (económica, social, escolar, etcétera) constituyen factores determinantes para el éxito de la enseñanza. Además, las interacciones del profesor con el alumno también son decisivas.
METODOLOGÍA
Las interacciones en clase, el liderazgo del profesor, la metodología, el rendimiento del alumno y la seguridad emocional de este, mantienen una estrecha relación. En nuestra experiencia como aprendices, cuando el profesor responde a las sugerencias del alumno con relación a las actividades, primero las escucha con atención, acepta sus opiniones y luego hace preguntas, elogia y estimula, es entonces cuando logra establecer un equilibrio en la conversación académica iniciada por él mismo.
En toda clase, la lengua es importante ya que: “solo nos relacionamos con el mundo a través del lenguaje que permite la formulación de los conceptos que, al referirse a las cosas, hacen posible tanto el pensamiento como la comunicación acerca de la misma cultura” (Elena Beristáin, 1997). La cultura siempre es aprendida, y todo aprendizaje se realiza mediante el lenguaje, ya que cada individuo descubre el mundo a través de los conceptos, las palabras, y de esa manera se identifica a sí mismo, se distingue de los demás y descubre la posibilidad de comunicarse con ellos. Un profesor interactúa con sus alumnos mediante la palabra, la escritura y movimientos físicos; los estudiantes se distinguen entre sí por sus características afectivas, su nivel de motivación, sus valores, y habilidades intelectuales y psicomotoras.
Por lo tanto, alcanzar los objetivos en el dominio afectivo es tan importante para el individuo y para la sociedad como alcanzarlos en el dominio cognoscitivo. El maestro debe dominar la materia que imparte y sus emociones, así como desarrollar habilidades necesarias para que el alumno sea capaz de comunicarse en la lengua meta, etcétera.
Durante la enseñanza real, los conocimientos de las materias, la efusividad, la comprensibilidad, la simpatía, la responsabilidad, el orden, el sistema educativo, el estímulo, la imaginación, la emotividad, el entusiasmo y la flexibilidad se correlacionan positivamente entre ellos y hasta cierto punto con la eficiencia de la enseñanza.
En el aula, el profesor recibe un gran intercambio de acciones físicas y afectivas con sus alumnos que le resultan continuas, ineludibles e irrepetibles, pero que se incorporan a su experiencia y lo convierten en un ente activo en la conducción del aprendizaje.
ORIENTACIÓN DE LA ESCUELA NUEVA
En la metodología activa y participativa se requiere de un modelo de comunicación, donde el maestro (emisor-receptor) y los alumnos (receptores-emisores) sean los protagonistas de un diálogo que contextualiza, confronta y relaciona al objeto del conocimiento con la vida. Es importante comprender que el diálogo forma parte de una metodología activa y participativa, es decir, de una metodología problematizadora que incluye los siguientes aspectos:
a) La metodología activa se basa en la utilización simultánea de diversas técnicas: dinámicas de grupo, exposiciones de maestros y alumnos, trabajo individual y de equipo, redacción de textos, e investigación fuera del salón de clases.
b) Se orienta no solo a enseñar contenidos, sino también a generar procesos y destrezas.
c) Propiciar la participación activa de los educandos, mediante el diseño y construcción de situaciones de enseñanza-aprendizaje que conlleven al desarrollo del autoaprendizaje.
d) El pensar autónomo requiere de una formación y entrenamiento de los estudiantes para:
- expresar lo que piensan,
- presentar argumentos que sustenten su punto de vista,
- mostrar apertura y respeto por los receptores.
Con base en nuestra experiencia, cuando el alumno experimenta cierta seguridad en cuanto al conocimiento de la lengua, puede expresar su punto de vista sobre lo que percibe en diferentes situaciones comunicativas.
INTERACCIÓN EN CLASE
La interacción es un concepto dinámico en el que están involucradas al menos dos personas; asimismo, es uno de los factores de mayor relevancia de los que la clase depende para que sus principales protagonistas tengan una buena relación y, por consiguiente, aprovechen lo más posible. A continuación se explica en qué consiste la interacción en un modelo pedagógico y las características de este.
El proceso de interacción que supone el modelo pedagógico se fundamenta en una interacción positiva en la cual ambos interlocutores (profesor/asesor-alumnos) desempeñan un papel fundamental en el proceso educativo. Para Freire (1987), el profesor procura retirarse gradualmente como director del aprendizaje. En la medida en que los estudiantes tomen iniciativas más críticas, el profesor alienta su auto organización, su participación en la organización del currículo. El profesor puede soltar su autoridad demasiado temprano o demasiado tarde. Saber cuándo hacerlo involucra al profesor en sus fases política, científica y artística, sintetizando a partir de muchas indicaciones y ejercicios cómo y cuándo pasar la autoridad a los estudiantes.
En el modelo basado en el diálogo y la comunicación propuesto por Freire, maestros y alumnos son responsables de lo que sucede en el salón de clases; el maestro es líder, pero para ejercer su liderazgo requiere de seguidores comprometidos y participativos.
Un elemento que permite un proceso de interacción más positivo y eficaz entre maestros y alumnos es el conocimiento por parte del docente del universo cultural de sus alumnos. Así, conoce aquello que les es significativo e importante, los elementos que conforman su vida cotidiana, sus actividades formales e informales, sus responsabilidades, sueños y fantasías, es decir, demuestra interés por ellos.
Slavin (1994) ha encontrado varios puntos de apoyo que ponen de relieve la influencia de la interacción en el rendimiento de los alumnos, cuando están presentes los componentes de un grupo de trabajo. Entre estos se encuentran:
Hemos observado que en el desarrollo de una clase de lengua extranjera es conveniente que el alumno tenga la habilidad de interactuar en un equipo de trabajo, ya que se logra un trabajo más enriquecedor al contar con dos puntos de vista diferentes.
MOTIVACIÓN
En muchas escuelas impera una situación paradójica, los alumnos se quejan de que la clase es poco interesante, y el maestro se queja de la falta de interés de los alumnos. Se trata de falta de motivación para el aprendizaje. Las actividades que intenta aplica el maestro en clase no encuentran eco en los alumnos, no los motiva; y cuando falta la motivación para aprender no queda lugar para el aprendizaje.
La motivación para aprender es indispensable para que los alumnos aprendan, aunque también cuenta el profesor. Cuando dicha motivación no está presente en los alumnos, enseñar se convierte en una actividad difícil de desarrollar. La motivación a corto plazo no es solo necesaria para que haya un aprendizaje exitoso y fértil, también está la tarea de despertar y afianzar motivaciones duraderas en los alumnos. La formación de motivos, es decir, la formación de intereses y valores, es un punto importante en el aprendizaje.
Uria (1995) distingue dos tipos de motivación que se pueden dar en el estudiante con respecto a su aprendizaje.
La motivación intrínseca es la tendencia a la actividad que surge cuando la solución de la tensión ha de encontrarse en el dominio de la tarea de aprender; el aprendizaje por sí solo tiene su propia recompensa.
La motivación extrínseca ocurre cuando una persona procura realizar un trabajo de aprendizaje, pero por razones externas. Cuando una meta de aprendizaje es extrínseca, es obvio que una vez conseguida la meta cesa de ser importante recordar la materia que se ha aprendido. Este tipo de motivación, por lo general, conduce a un aprendizaje descuidado y falto de precisión.
Conclusiones
Es de suma importancia el comportamiento del profesor para el logro de un mejor rendimiento por parte del alumno. Sin embargo, el éxito de una clase no solo depende del profesor, sino también de factores externos que influyen de una u otra manera en el desarrollo de la misma. Desde esta perspectiva, las instalaciones e incluso el número de alumnos determinan la calidad de la enseñanza.
Mientras más alumnos sean, más difícil será crear un vínculo entre ellos y el profesor. Sin embargo, si dicho vínculo puede desarrollarse trascenderá el aula, pudiendo llegar al ámbito de las relaciones sociales.
Por lo tanto, se sugiere que el profesor de una lengua extranjera:
Bibliografía
Ann, Thomas Malamah (1991). Classroom interaction. Oxford, Oxford University Press.
Beristain, Helena (1997). Diccionario de Retórica y Poética. Argentina, Porrúa.
Ellis, Rod (1994). Instructed Second Language Acquisition. Oxford, Ed. Blackwell
Gower, José Sacristán (2002). Una escuela para nuestro tiempo. Fernando Torres Editor.
Revista Mexicana de investigación educativa, julio-diciembre 1999, volumen 4, número 8.
S.D., Krashen (1983). The natural approach: Language acquisition in the classroom. Oxford, Ed. Pergamon.
Uria, María Esther (1998). Estrategias didáctico-organizativas para mejorar los centros educativos. Madrid, Ed. Narcea.